Quiero que en mis ojos tu mirada dure
como el tiempo dura en la eternidad;
quiero que en mi mente tu risa perdure
como el mar perdura en la inmensidad.
Quiero que mis manos jueguen con tu pelo,
que tu piel ardiente me queme en su fuego;
quiero en tu fragancia yo impregnar mi cuerpo,
y que en tu mirada se queden mis sueños.
Quiero de tus manos sentir la ternura
cual yo siento el fresco correr de una brisa;
quiero oír tus pasos, cercana tortura
cual escucho el canto de tu suave risa.
Quiero yo que el viento hasta tu boca lleve
los besos que en sueños me atrevo a robarte;
quiero que dormida en tu lecho sueñes
que mis manos sueñan con acariciarte.
Quiero que en tu vida se quede mi vida,
quiero que mis sueños mueran en tus sueños,
quiero que mi vida por tu vida viva,
y que mi amor sea de tu amor el dueño.
Quiero ser el agua que baña tu cuerpo,
quiero ser la noche perdida en tu pelo,
quiero que a tu oído cautive mi verso,
y tu piel de luna me invite al desvelo.
Quiero que mis ojos contemplen tu cuerpo,
tus senos desnudos cual desnudo el huerto;
quiero yo en la almohada despeinar tu pelo
durante el amor, y durante el desvelo.
Quiero que mis pasos sigan a tus pasos;
que tu voz de alondra llegue a mis oídos,
cual llega del lejano pájaro el trino
y mis manos toquen, si tocan tus manos.
Quiero que mis ojos miren por tus ojos,
que mi piel respire por tu piel ardiente;
quiero yo sentir lo que tu cuerpo siente,
y que en tus despojos queden mis despojos.
Autor:
Luis Gareca C.
Derechos Reservados
Mayo, 07 de 2022
Tarija, Bolivia
