ORQUIDEA ORO KINABALU

AUTORA: Ana María López Expósito
PAÍS: ESPAÑA

«Caminar con un amigo en la oscuridad es mejor que caminar solo en la luz».

A mi profesora Isabel Serrano

Te fuiste. Se quedaron
las errantes gaviotas,
con sus acrobacias, pintando un Renoir.
Se secaron orquídeas oro Kinabalu,
despojadas de fragancias, dejando
el Santuario del Saliente en silencio.

Desde el cielo los ángeles tocaban
réquiem de entierro.

El cielo se volvió gris.
Lágrimas de la noche,
regaban almendros sin alivio.
Se quedaron los estudiantes
compungidos, escribiendo odas y sonetos.
Tus hijos y familia con el corazón
cuarteado en migajas y heridas
de canela y menta,
sin consuelo.

Las sombras aguardaban en silencio y
escuchaban el Réquiem Mozart.

El mar de Garrucha
se quedó abatido sin olas
un tiempo, esperando la llegada
de una nueva Enheduanna.

Desde el cielo los ángeles anunciaban
tu fuga del mundo cruel
hacia el gusano inicuo.

Mientras alzabas vuelo
sin ojos, sin alma, ni aliento.
El narciso viajaba en tu sangre,
tu corazón era una viola.
Tú eras una gaviota.

Desde el cielo los ángeles anuncian,
aquí yace:
una gaviota, un narciso y una viola.

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